El misterio de su Amor

Tenía que ser yo
pero yo era el soldado.

Tenía que ser yo
pero soy los clavos
el filo de la lanza
la carga en los dados
el vinagre en la esponja
la piedra pesada
el dia sin luz

acaso no es un gran espejo la cruz?

es reflejo de quienes somos lo que hacemos?

nosotros, carne y caos
de la vida, un suplicio
de un jardín, una pira
del consuelo, una carga
de la carne, pecado
de lo anciano, un estorbo
y del oro virtud

Tenias que ser vos
Tenia que ser yo
eso seria justicia
mas su amor la desbordó

aun sin fuerzas ,
en un suspiro
Padre , perdónalos!
por lo que hacen
por lo que ignoran
por mi sangre
por compasión

y eso es locura en el mundo:
que fue el hijo y fue el padre
gracia sobre gracia, el velo se rasgó
a veces lo llamamos misterio
otras veces lo llamamos amor.

Seria el "yo" de Hume la critica a la identidad de la conciencia. O el deseo de la sustancia presente, autónoma de la persona "Pienso luego existo" de Descartes. O tal vez el neo-platonismo de algún cristiano buscando la verdad, de la misma manera que lo hizo San Agustín de Hipona.

En el espejo se mira el que sufre, la grandeza o de la poquedad de lo que somos.

En la locura del amor cristiano encontraras en misterio del amor. Y en ese mismo suspiro Dios nos perdona nuestros pecados. Superando nuestros propios prejuicios.

El ser se puede quedar en un viernes Santo sin fin, en el sujeto que no encuentra curación, o en un casino sin fin; cargando el peso de nuestro día a día como si nunca se fuera aliviar, como si se fuera oscurecido la utopía, donde lo perenne ya no esta. Y el grito desde el horizonte se escucha: ¡Se ha perdido la esperanza! Y al instante, una ventana de la oportunidad se abre como si la esperanza vuelve al instante.

Saludos, Diego.